lunes, 31 de diciembre de 2007

COMO EL AGUA A LA TIERRA, LAS PALABRAS DE ISHA SON AL CORAZON





AYER AFORTUNADAMENTE LLOVIO, LA TIERRA ESTABA SEDIENTA, Y AQUI VAN PALABRAS LLENAS DE AMOR A NUESTRO SEDIENDO CORAZON.

A veces no me doy cuenta si estoy escuchando a mi corazón, o aferrándome a una estructura y enfocándome a los miedo de mi intelecto,¿ puedes hablarme sobre esto?

Es muy fácil saberlo, cuando estas escuchando a tu corazón, no hay cuestionamiento alguno, el corazón jamás tiene dudas, no pregunta. El corazón es simplemente claro, es inocente, impulsivo y no piensa, no titubea, es algo que te viene desde la dicha. Si hay dudas, preguntas, hay miedos, hay indecisión, eso no es el corazón, ese es el control del intelecto, porque el intelecto vive en miedo de que puede hacer algo equivocado, que puede hacer algo mal, mientras que el corazón no tiene miedo, porque el corazón no conoce el miedo. Entonces, si tienes alguna pregunta o duda o indecisión, eso es tu cabeza. Si es claro, si es puro, si es dichoso, es tu corazón - es simple, es tan simple.


Y OTRA PARTE DEL CUENTO DEL CIRCO DE CABALLOS ...

Aunque muy pequeña, Ela era una persona muy determinada –ya pudieron ver lo determinada que era, tanto que huyó de casa para hacer realidad su sueño-. Pues Ela estaba decidida a cambiar el circo, y si para eso era preciso cambiarse ella misma, lo haría, y de hecho lo estaba haciendo. Pero también cambiaría al mundo, porque estaba dispuesta a recorrer todo el planeta para llenar el circo con los caballos más majestuosos y divertidos que se pudieran imaginar.


Al mismo tiempo, Ela decidió que se convertiría en la mejor entrenadora de caballos que jamás hubiese existido, porque los caballos que ella quería en su circo eran una rareza en el mundo. Ela quería caballos únicos, con un gran porte y cualidades especiales: caballos que fuesen fuertes, estilizados, con gran donaire al caminar y cabalgar, con increíble destreza para saltar y galopar.

De modo que Ela se dedicó a aprender a entrenar caballos. Y conoció una técnica de entrenamiento de caballos milenaria, pero poco difundida en la actualidad. Según comentaban esto se debía a que la técnica fue preservada hasta finales del siglo 20, para ser revelada a los entrenadores de caballos, cuando estuvieran preparados para tan altos niveles de maestría en este oficio.

Ela se sentía muy afortunada, pues con esta técnica logró resultados inmediatos que iban más allá de lo que esperaba, y con su natural tenacidad la practicó hasta convertirse en una aprendiz excepcional. Luego de probar la técnica por unos meses decidió ir a Norteamérica para perfeccionarse. Rápidamente Ela alcanzó un nivel de maestría en esta técnica de entrenamiento de caballos, que nadie más tenía en ese circuito hípico. Sin embargo, ella no era considerada la mejor por sus colegas, pero eso no hizo que Ela se subestimase, porque ella sabía que esta técnica había despertado el secreto más profundo y había develado el tesoro más valioso que llevaba en su corazón. Y cuando esto ocurrió, Ela supo que no tenía que demostrarle nada a nadie, sólo tenía que ser exactamente como era.

Poco tiempo después de haber alcanzado este excepcional grado de maestría en la novedosa y al mismo tiempo milenaria técnica de domar y entrenar caballos, Ela fue enviada a Suramérica para unas pruebas.

Allí comenzó a desarrollar su estilo propio de entrenar caballos, un estilo que se hizo único por proporcionar una experiencia muy intensa y porque lograba que los equinos desarrollasen el potencial más elevado que cada uno de ellos tenía. De manera que Ela convirtió la técnica de entrenar caballos en algo más que una mecánica, la convirtió en un verdadero arte.

Estando en Suramérica, Ela se dio cuenta de que sus colegas no estaban en sintonía con la experiencia que ella había adquirido, y decidió formar su propia escuela de entrenamiento de caballos. Decidió crear la escuela que daría a luz al circo de caballos más impresionante que la humanidad haya visto.

A partir de allí, Ela se dispuso a reunir su primer grupo de caballos para entrenarlos. ¡Y esto era una experiencia hilarante para ella, porque finalmente estaba realizando su sueño de tener un circo de caballos!

En el primer grupo, juntó a una yegua venezolana, era una pura sangre, que más que un equino parecía una princesa, su nombre era Itavrap.

También, a un árabe venido del Perú, bastante salvaje y torpe, pero con mucho potencial a los ojos de Ela, y que sin duda haría honor a la gloria de los Incas, este caballo recibió el nombre de Ayertiam.

Consiguió otra yegua en Venezuela, que era un ejemplar muy gracioso, pues parecía que para procrearla se habían apareado un pony, un elefante bebé y una pereza. Era un espécimen muy raro, no se sabía exactamente de que raza era. Había pertenecido a un general retirado de la armada venezolana, quien, después de varios años, había perdido el interés en esta divertida yegua y decidió regalarla a Ela. Esta yegua fue bautizada como Aytas.

Finalmente, este grupo se completó con un joven potrillo inglés. Un caballo que perteneció a la propia realeza –aunque ustedes no lo crean-, y que fue traído desde la India, donde estuvo por algunos meses, especialmente para que Ela lo entrenase. Este potrillo era Araknas.

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