- ¿Qué es para ti la fe?
La fe es una fuerza que viene del corazón; que vibra la verdad. No proviene de la cabeza; del intelecto, viene de un conocimiento interno.
El intelecto nunca tiene fe. Quiere hechos, quiere pruebas.
Pero el corazón tiene un sentimiento, una verdad, una comprensión, una esperanza. Eso es fe. ¿Qué es para ti?
- Para mí es algo que me enseñaron cuando niño, algo a lo que me tengo que aferrar.
No es eso para mí.
Cuando era joven solía asistir a la escuela dominical. Escuchaba todas las historias, aunque no creía en ninguna; no tenían coherencia para mí. Pero siempre tuve fe, siempre confié en mi corazón y supe que existía algo muy poderoso, que había amor.
Pero nunca creí en la estructura, no tenía sentido. Solía discutir mucho, porque no me convencía, no lo podía sentir. Pero en lo que sentía, confiaba.
Percibía a Dios como amor, como un amor grande. No un amor enjuiciador. Siempre percibí eso en todo, aunque no pensaba mucho en ello.
- El problema es que no sé lo que quiero.
¡Son pues, sólo trucos de la mente! Solo enfócate en el amor-conciencia, y cuando tengas que tomar una decisión, será claro para ti. Si mantienes tu atención presente en cada momento, conectado con tu sentir, siendo vulnerable y siempre abierto a cambiar, a soltar lo que no sirve, todo ira alineándose de acuerdo a tu sentir más elevado, el amor incondicional a ti, o el amor-conciencia y así, todo lo mejor y lo que te sirve viene hacia ti, siempre! El Universo sólo te quiere dar, y dar, y dar. Abrete a recibir!
Sé un cien por ciento en cada momento; no allá, en el futuro. Suelta todo lo que piensas que sabes, y sé vulnerable.
Escucha a tus espejos. Escucha. El amor nunca necesita defensa. El amor recibe todo con los brazos abiertos. Si hay resistencia, hay miedo. Confía, confía en el amor que lo es todo, confía, la conciencia es un salto de fe.
La fe es una fuerza que viene del corazón; que vibra la verdad. No proviene de la cabeza; del intelecto, viene de un conocimiento interno.
El intelecto nunca tiene fe. Quiere hechos, quiere pruebas.
Pero el corazón tiene un sentimiento, una verdad, una comprensión, una esperanza. Eso es fe. ¿Qué es para ti?
- Para mí es algo que me enseñaron cuando niño, algo a lo que me tengo que aferrar.
No es eso para mí.
Cuando era joven solía asistir a la escuela dominical. Escuchaba todas las historias, aunque no creía en ninguna; no tenían coherencia para mí. Pero siempre tuve fe, siempre confié en mi corazón y supe que existía algo muy poderoso, que había amor.
Pero nunca creí en la estructura, no tenía sentido. Solía discutir mucho, porque no me convencía, no lo podía sentir. Pero en lo que sentía, confiaba.
Percibía a Dios como amor, como un amor grande. No un amor enjuiciador. Siempre percibí eso en todo, aunque no pensaba mucho en ello.
- El problema es que no sé lo que quiero.
¡Son pues, sólo trucos de la mente! Solo enfócate en el amor-conciencia, y cuando tengas que tomar una decisión, será claro para ti. Si mantienes tu atención presente en cada momento, conectado con tu sentir, siendo vulnerable y siempre abierto a cambiar, a soltar lo que no sirve, todo ira alineándose de acuerdo a tu sentir más elevado, el amor incondicional a ti, o el amor-conciencia y así, todo lo mejor y lo que te sirve viene hacia ti, siempre! El Universo sólo te quiere dar, y dar, y dar. Abrete a recibir!
Sé un cien por ciento en cada momento; no allá, en el futuro. Suelta todo lo que piensas que sabes, y sé vulnerable.
Escucha a tus espejos. Escucha. El amor nunca necesita defensa. El amor recibe todo con los brazos abiertos. Si hay resistencia, hay miedo. Confía, confía en el amor que lo es todo, confía, la conciencia es un salto de fe.
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