viernes, 27 de agosto de 2010

COMPARTIENDO EXTRACTOS DE LA REVOLUCION DE LA CONCIENCIA

COMPARTIENDO extractos de “La Revolución de la Conciencia” de ISHA, publicado por Editorial Kier.

El foco de este libro es un llamado a retornar a casa, a nuestros corazones. Retornar a la inocencia y retornar al amor que está siempre presente.

A través de la matrix de la mente y la dualidad de la ilusión hemos creado separación de la grandeza de quienes somos. Hemos perdido de vista la única cosa que yace bajo toda la creación. Lo único que es real, que es el amor.

Todos somos amor. Todos somos uno. Y cuando finalmente regresemos a la unidad, despertaremos y recordaremos. Siempre ha sido así.

Ha llegado la hora para la humanidad de volver a sus corazones. La Revolución de la Conciencia es un intento de responder a todas las preguntas, a todos los anhelos. De abrir el código que te ha de permitir escuchar la verdad.

Mucho de lo que digo tal vez no tenga sentido para tu mente, porque tu mente te sostiene en dualidad y limitación. Lo único que te pido es que abras tu corazón y escuches, y veas si algo de esto resuena en ti.

Voy a comenzar contándote una historia que creo explica muy bien la naturaleza del amor.

Érase una vez - viajando yo por las Cataratas del Iguazú - un joven cocodrilo tendido sobre un tronco bañándose al sol en el río. Un yacaré.

Tenía un gesto muy serio en su rostro - ¡es una tarea muy intensa esta de ser un yacaré! Los cocodrilos tienen tanta historia: son depredadores carnívoros, asesinos despiadados, directos descendientes de los dinosaurios. Y él estaba ahí, sopesando todas sus responsabilidades, cuando de pronto una mariposa muy roja y hermosa aterrizó sobre su nariz.

Al principio se sintió indignado. ¡¿Acaso ella no podía ver cuán concentrado estaba él en sus pensamientos?! ¡¿No podía ver que estaba pensando cosas muy serias?! Pero ella, totalmente al margen de esto, flotaba en el aire cada vez que él respiraba, y luego aterrizaba nuevamente, acariciando su nariz con sus suaves alas aterciopeladas.Y luego él respiraba nuevamente, y nuevamente ella se elevaba en el aire, y volvía suavemente a aterrizar.

Esto se transformó en una especie de meditación para el cocodrilo, y la energía cambió completamente. Estaba hipnotizado ante la belleza y la suavidad de la mariposa, y la energía del amor comenzó a crecer entre ellos. Luego, una sonrisa se dibujó en su cara. Ya no era más un cocodrilo, y ella, ya no era más una mariposa. Eran uno, en la unión del amor.

Esta es la naturaleza del amor. Yace bajo todo.

Y cuando la humanidad deje a un lado sus diferencias y regrese a la perfección del Uno, de la unidad, experimentaremos armonía y paz en este planeta. Pero primeramente, comienza por nuestros propios corazones. El mundo ideal se encuentra en nuestros propios corazones.

No hay nada que cambiar en el afuera, solo tenemos que sanarnos a nosotros mismos.





¿Qué es el amor?

Estaba viajando recientemente. Soy muy afortunada, porque puedo viajar a todas partes. Y a veces la belleza de los lugares es abrumadora. Estaba en Argentina, y fui a El Calafate.

Creo que una de las cosas que más amo de América del Sur, físicamente, son Los Andes. Son espectaculares. Vengo de un país muy hermoso – Australia es una país de una variedad que te deja perplejo - pero no tiene montañas de la magnitud de Los Andes.

Creo que esta es la primera vez que realmente he sido cautivada por las montañas. Te cautivan. Son sobrecogedoras. Hermosas. Y si miras Los Andes, sus picos están siempre cubiertos de nieve. Y la nieve viene del agua. Todo viene del agua. Todo es lo mismo. Todo es agua, y se transforma en nieve. ¡Es magnífico!

Y en El Calafate se crea un río de hielo. Un glaciar avasallante. Pero todo es lo mismo. Todo es agua. Y luego se transforma en hielo. Y si miras el hielo, te absorbe, te cautiva, es como un palacio de cristal. Es increíble. Es azul, es transparente, es poderoso e inspirador.

Yo permanecía boquiabierta, y estoy segura que lo mismo les sucedía a todos los demás. Cuando doblas el codo del río por primera vez y ves eso, ¡definitivamente piensas que es increíble! De modo que el agua cae y se forma la nieve, y es todo magnífico. Luego cambia de forma y se transforma en un río de hielo. Es todo mágico. Y luego el lago y el sol seducen al glaciar, y comienza a derretirse, y comienza a unirse con el río. Y de nuevo, es increíblemente hermoso. Es la cosa más azul que hayas visto jamás. Pero sigue siendo agua.

Cambia de forma un millón de veces y en cada forma es espléndida, pero sigue siendo agua. Sigue siendo amor.

Y nunca se va. Solo cambia de forma.

Es tierna y gentil mientras va lamiendo la orilla.

Puede consumir y destruir, como el Tsunami que recientemente vimos acontecer.

Puede ser sanadora y nutriente, y acto seguido te puedes ahogar en ella mientras te arrebata el último aliento.

Y el amor es exactamente igual.

Y cuando estás iluminado, te das cuenta que eso es lo único que existe. Y ves la belleza en cada aspecto.

En todos los aspectos.

Ves la belleza en la rabia.

Ves la belleza en el sufrimiento.

Ves la belleza y la perfección en todo aquello. Porque sigue siendo solo amor. Y está formando un paisaje. Está formando un paisaje de belleza y contraste. Y eso es el amor. Es esa agua.

Puede rodar por tu cara porque piensas que estás sufriendo. Pero sigue siendo amor.

O puedes quedarte hipnotizado mirando a los ojos a tu amada, y las lágrimas seguirán cayendo. Pero siguen siendo agua, sigue siendo el amor.

Nunca, jamás se va. Siempre está ahí.

Es la mejor manera que tengo de describir el amor. Y con la iluminación, eso es todo lo que ves. El amor y la perfección.

Y tú sabes que es eso quien tú eres.
¿Por qué el amor y el sufrimiento van tan a menudo de la mano?

El amor verdadero no experimenta sufrimiento. El amor verdadero es incondicional y está completo en si mismo. Vive dentro de su propio corazón y sabe que todo lo ilusorio - todo lo que está fuera de si mismo- no es real.

El amor verdadero da sin necesidad. La naturaleza del amor verdadero es dar, incondicionalmente. De modo que en realidad, es imposible que el amor sufra.

Pero el amor que percibimos que nos causa sufrimiento no es incondicional. Ese amor es el amor romántico. O puede ser llamado amor apegado, y está repleto de condiciones. Encuentra plenitud y satisfacción dentro de las necesidades y los deseos de la ilusión, y cuando esos deseos no son satisfechos, no se siente completo.

De modo que es imposible que el amor verdadero sufra, porque el amor verdadero viene de un corazón iluminado. Pero el amor dual, o amor ilusorio, está siempre sufriendo, y le encanta sufrir. Adora el romanticismo, la pasión, le encanta el conflicto, le encanta el drama. Se pierde a si mismo en cada aspecto de la experiencia humana mientras intenta sentirla y comprenderla completamente.